No todos los adolescentes se emborrachan
Con 15 años, son pocos los adolescentes que se emborrachan a menudo. Puede que los medios de comunicación relaten mucho estos casos poco frecuentes. Uno puede perfectamente tener amigos que se saben divertir sin beber alcohol. También ocurre que sólo beban un poquito.
Tras consumir alcohol, uno no es la misma persona
Al igual que otras drogas, el alcohol viene a ser una sustancia psicótropa. Altera la percepción, las emociones y el comportamiento. El alcohol puede llevarnos a tomar riesgos y a correr peligro. Si uno está ebrio, puede llegar a hacer cosas que no haría en condiciones normales. Y el peligro lo puede provocar uno mismo, pero puede ser cosa de los demás.
El alcohol se difunde en la sangre
La alcoholemia es la cantidad de alcohol que circula en la sangre; depende:
- de la cantidad ingerida
- de la edad: el alcohol actúa más rápido en los jóvenes que en los adultos
- del género: actúa más rápido en chicas que en chicos
- de si se ha comido anteriormente: el alcohol actúa más lentamente si el estómago está lleno
Y los efectos pueden resultar más peligrosos si uno ha tomado, además del alcohol, otras drogas o medicamentos.
Los adolescentes son vulnerables ante el alcohol
Los adolescentes no reaccionan como los adultos ante los efectos del alcohol. Su alcoholemia se dispara antes, y pueden intoxicarse rápido (para mayor información, ver adolescentes y el alcohol). Por eso mismo la ley prohíbe el consumo de alcohol a los menores de 16 años. En cuanto a los jóvenes de más de 16 años, tan sólo deberían consumir muy de vez en cuando y sobre todo no emborracharse. Mezclar alcohol con otras sustancias (medicamentos, cánnabis, etc.) puede resultar peligroso.
Saber dónde está el límite de cada uno
En sus primeras experiencias con el alcohol, los adolescentes no saben con claridad dónde están sus límites. A menudo ellos y ellas beben demasiada cantidad y demasiado deprisa, y pueden intoxicarse bastante rápido.
El alcohol puede resultar peligroso para los adolescentes y para los adultos
- Beber demasiado y a menudo puede ser malo para la salud
- El alcohol vuelve adicto
- La ebriedad altera el estado de conciencia, los sentimientos y el comportamiento. Uno puede perder el control y hacer cosas que a la postre lamentará. Cuando los jóvenes empiezan a consumir alcohol, chicos y chicas aún desconocen sus límites, y puede que beban demasiada cantidad en demasiado poco tiempo. Ocurre que los jóvenes se emborrachen rápido y no sepan cómo pararse.
- El alcohol desinhibe. Uno no logra ya controlarse. Y se sigue bebiendo, por beber. Hay que animar al adolescente a andarse con cuidado. Y en este caso, tener cuidado es dejar de beber o hacer una pausa después de haber tomado.
- Demasiada cantidad ingerida demasiado rápido hasta puede matar. Los adolescentes tienen que saber cómo reaccionar si alguien del entorno es víctima de una intoxicación por el alcohol. Si alguien pierde el conocimiento, si no le puede despertar, si no reacciona cuando se le pincha, si vomita sin despertarse, si respira con dificultad, etc., hay que tumbarle de costado, mantenerle abrigado, no hacerle vomitar, no dejarle solo y pedir ayuda a un adulto o llamar una ambulancia (Teléf.: 144).
- El alcohol incrementa el riesgo de accidente.
- Cualquier mezcla (ya sea cánnabis, medicamentos u otras sustancias) conlleva riesgos imprevisibles.