Por qué conviene fijar reglas?

Reglas de convivencia

Los padres ayudan al adolescente a construir su autonomía y su identidad. El padre y la madre también han de velar por la seguridad del adolescente. Cada uno sus derechos y sus obligaciones. Así funciona la sociedad y así funciona la familia.

Dar un marco y fijar reglas es básico para organizar la vida bajo un mismo techo. Es lo que garantiza la seguridad de cada miembro de la familia. En la vida real, todos tenemos nuestras responsabilidades, y todos sabemos lo que cuesta infringir las reglas. Dentro de la familia, es algo que hay que decidir hablándolo.

¿Quién fija las reglas?

Es la ley o el reglamento del grupo.

La ley establece las reglas en materia de violencia, drogas y respeto. A los niños hay que hablarles de la ley. Las leyes protegen a los jóvenes. Por su salud, su seguridad, la ley fija una edad para la venta del alcohol, del tabaco, o la hora a la que deben regresar a casa. 

Padres e hijos también pueden fijar juntos las reglas que hay que cumplir.

¿Cómo fijar dichas reglas?

Los padres y los adolescentes lo hablan

Negociar es discutir hasta dar juntos con una regla. Es lo mismo en el trabajo. El jefe negocia con el empleado, pero sigue siendo jefe. En casa, los padres negocian con el adolescente, pero siguen siendo padres; a la postre deciden ellos.

No sólo se negocia para fijar una o varias reglas, SINO TAMBIÉN para determinar cómo se aplicarán.

Cómo se negocia

  • Diálogo: se trata de respetar al que tiene la palabra, no interrumpir, y ambas partes deben hablar la misma cantidad de tiempo, diciendo YO y no TÚ, sin emplear palabras como SIEMPRE o NUNCA.
  • Necesidades de cada uno: ¿Cuáles son y cuáles las obligaciones?
  • Creatividad: listar aquello que cabe hacer para gestionar las necesidades (incluso lo más disparatado). A veces uno da con soluciones brillantes.
  • Contrato: ponerse de acuerdo padres y adolescente sobre lo que quieren ambas partes. Lo que uno quiere es el objetivo. Se trata de ponerse de acuerdo sobre cómo se hará cumplir la regla y cómo se irá verificando su cumplimiento. Hay que poner medios y medidas.
  • Evaluación: ¿Ha dado resultado? ¿Ha sido útil? ¿Cabe felicitarse mutuamente? ¿Hay que cambiar algo?

Dejar muy claro cuál será la sanción en caso de incumplimiento

Los padres discuten con el adolescente el tema de la sanción. Se trata de establecer que sucederá si el adolescente incumple la regla. Se negocia la sanción. A la hora de fijar la sanción, establecer primero si el asunto es grave o no. ¿Qué años tiene el adolescente? ¿Podrán los padres aplicar la sanción? Por ejemplo, de nada sirve anunciar que la sanción consistirá en echarlo fuera de casa, salvo que estén dispuestos a que las autoridades coloquen al adolescente en otra casa o en otra familia. Son cosas que pueden ocurrir.

Uno no puede fijar la sanción apropiada cuando se está furibundo. Si así sucede, hay que pedir perdón y hablar con el adolescente.

Apuntar las decisiones. Redactar un contrato escrito

En el contrato, debe constar que los padres protegen al adolescente. Es su responsabilidad. También debe figurar que el adolescente se debe ir independizando. Es necesario.

Y cuando las partes se han puesto de acuerdo, hay que respetar el contrato.

No se ha cumplido las reglas

Hablar de lo sucedido

  • Su adolescente ha vuelto más allá de la hora establecida. Uno puede decirle: “Me tenías preocupado, podías habernos llamado para decir que llegarías más tarde”.
  • Uno puede también tratar de entender por qué no se ha respetado la regla. Hay que castigar, pero no a secas, hay que hablar.
  • Los jóvenes todo lo quieren discutir y negociar. Es lo normal, pero el caso es que el contrato de hora de regreso a casa no se ha cumplido. No se puede discutir el contrato cada semana.

Procurar gestionar sus emociones

  • No hay que reaccionar con brusquedad. Uno puede estar enojado pero en ningún caso se puede recurrir a la violencia física: bofetadas, golpes, gritos. Lo primero, salir del cuarto, calmar los ánimos, y volver a discutir, y también pedir disculpas. Hay que reconocer que el tono no era el apropiado, que uno ha reaccionado así porque sentía preocupación.
  • Hay palabras que pueden herir, por ejemplo “me siento avergonzado”, “nunca harás nada con tu vida”, “no respetar las reglas es alucinante”. Pero su adolescente no es alucinante.

Qué sanciones?

Por ejemplo: su niño de 14 años tiene escuela al día siguiente y sin embargo se pasa parte de la noche con sus videojuegos.

  • Se castiga teniendo presente la regla. La sanción puede ser menos horas de videojuegos el fin de semana.
  • Se castiga teniendo en cuenta la edad y la gravedad. ¿El asunto es muy serio o no lo es? Si el adolescente tiene 14 ó 16 años, la sanción no es la misma.
  • Se habla de la regla. Su adolescente no tiene derecho a jugar con su pantalla a la hora de dormir. Decidir juntos si conviene cambiar la hora en que hay que apagar el ordenador.

De esta forma el adolescente

  • no pensará que es Usted injusto
  • entenderá que es responsable, por no cumplir la regla
  • entenderá que es su elección. O cumple o no cumple. Eso influye. Por ejemplo, si la regla dice “Si vuelves más allá de la hora, el fin de semana te quedas sin salir”, pues al regresar tarde, YA sabe que el fin de semana no saldrá de noche con los amigos.
  • Uno no castiga si ya lo ha hecho la escuela. Por ejemplo, se le ha sancionado por no hacer los deberes. Háblelo con el adolescente para entender qué ha pasado y averiguar cómo se organiza.