¿Puede abordarse el tema de las drogas con su adolescente?

En torno a los 12 años, Usted ya puede irle dando datos elementales.

En torno a los 16 años, ha llegado el momento de hablar sin rodeos de las drogas. Puede que algún día se tope con las drogas recreativas.

Si constata:

  • alteraciones en el comportamiento
  • que bajan las notas en el cole
  • que se pierde clases
  • que se escapa de casa

Entonces hay que decirle que Usted está preocupado. Hay que tomar la iniciativa, y hablarle de lo que viene observando, e intuyendo. Hable diciendo “yo”.

Tratándose de drogas, pregúntele si sabe de qué va el tema. Tal vez sus amigos le hayan hablado del tema y puede que hasta las hayan probado. Otro tanto con los temas del alcohol, el tabaco y el cánnabis: explíquele cuáles son los riesgos concretos del consumo de drogas. Dígale también que el consumo de drogas es ilegal. Explíquele las reglas. Explíquele lo que puede suceder si trata de consumir drogas. Dígale con claridad qué es lo que Usted espera de él respecto de las drogas y su consumo.

Si resulta casi imposible discutir estas cuestiones con su adolescente, procure que vea a un médico. Pídale a su médico de cabecera (o a su pediatra) que aborde con él los temas de las drogas y el alcohol.

 

¿Cómo empieza la velada?

Los jóvenes mayores de edad empiezan sus salidas nocturnas reuniéndose en un bar, o en un parque, en la plaza o en casa de algún amigo o amiga. Son momentos sumamente importantes para ellos. Son parte de la construcción de su personalidad. Son momentos que permiten cubrir determinadas necesidades: socialización, autonomía, aprendizaje y experimentos.

¡Pero cuidado! Distintos estudios han dejado claro que si un joven mayor de edad bebe algo de alcohol ya antes de salir de casa, cuando esté fuera va a beber más que la media, hasta el doble de cantidad a veces.

En clubes

A partir de los 18 años, a algunos jóvenes les gusta ir a un club (o a una discoteca). Son lugares donde viven sensaciones nuevas, se sueltan y se lo pasan por todo lo alto. También les gusta porque son ambientes oscuros y anónimos. Bailando se expresan y se divierten.

Suelen reunirse varios amigos y amigas, y el grupo va orientando la salida nocturna. El grupo proporciona comodidad y seguridad. Para que sea placentero, hay que sentirse a gusto, tiene que haber confianza y seguridad.

En un club o en discoteca, los jóvenes se relajan, entran en contacto con mayor facilidad; durante unas horas se olvidan del resto del mundo, de sus estudios y de las reglas que se les impone. Escuchan música de hoy (tecno, house, trap, bass, hip-hop) a todo volumen. Salen en grupo, pero a menudo bailan solos. Les mueve y habita la música. Es casi un trance, una comunión entre la mente y el cuerpo.

Pero en los clubes hay mucha droga. Se consume cocaína, éxtasis o cánnabis para poder bailar más tiempo. Se siente menos la fatiga, uno se siente más libre, más ligero. Es una evasión. A algunos jóvenes les apetece probar drogas. Sienten curiosidad o atracción por ese mundo de los adultos. Quieren ponerse a prueba y vivir sensaciones nuevas.

Reglas de seguridad cuando se sale de noche

En discotecas y clubes, se vende, intercambia y consume distintas drogas, o sea sustancias psicótropas. Pero existen reglas de consumo. Son reglas de convivencia y respeto en materia de consumo de drogas. Son reglas que los aficionados a las drogas suelen respetar.

 

Dele los siguientes consejos a su hijo o su hija:

  • Moverse con transportes públicos
  • Anticipar con quién y cómo se regresará a casa
  • Mantenerse en grupo
  • Beber agua en cantidad suficiente
  • No perder su vaso de vista
  • Ir al baño con un amigo o amiga que sea de confianza
  • Si surge un problema, acudir a los empleados del lugar o a los agentes de seguridad.

Salidas por la noche en clubes

A su hijo o a su hija se le puede permitir salir de noche. Pero es importante fijar reglas que le den un marco. Ese marco le da seguridad: reglas y límites

Puede hacerle firmar un contrato para cuando sale de noche:

Es un contrato entre el joven y sus padres o educador. Es un contrato que puede hacerse a partir de los 16/18 años. Pueden constar estos elementos:

  • Las bebidas alcohólicas que puede ingerir y la cantidad máxima
  • La hora y la modalidad de la vuelta a casa
  • Los castigos, aquello que le va a suceder si no cumple. Elija sanciones que podrá aplicar, por ejemplo menos salidas, menos paga.

Piense en felicitarle si respeta el contrato. Dele la enhorabuena por la estrategia que se ha montado para cumplir.

Puede autorizar a su adolescente mayor de edad a salir en clubes y discotecas. Pero debe tener presente que en esos lugares hay mucha droga. Por ejemplo, se consume éxtasis, MDMA, ketamine o cocaína. Puede que a su hijo o su hija le apetezca probar cualquiera de estas drogas, puede que le influencien sus amigos o la persona que se lo quiere vender.

Existen reglas de consumo. Son reglas de convivencia y respeto en materia de consumo de drogas en las salidas nocturnas. Son reglas que los usuarios y usuarias suelen respetar.

Transmita estas recomendaciones básicas a su hijo o su hija:

  • Moverse con transportes públicos
  • Anticipar con quién y cómo se regresará a casa
  • Mantenerse en grupo
  • Beber agua en cantidad suficiente
  • No perder su vaso de vista
  • Ir al baño con un amigo o amiga que sea de confianza
  • Si surge un problema acudir a los empleados del lugar o a los agentes de seguridad.

¿Su joven adulto sale de noche a clubes y discotecas? ¿Le habla de las mencionadas drogas?

¿Desea tener más datos sobre las distintas drogas existentes, sobre sus efectos y cómo se consumen?

→ Vaya a la página web Nuit blanche?. Es un dispositivo montado por el cantón de Ginebra, muy reconocido en toda la Suiza de habla francesa. Su objetivo es reducir los riesgos ligados al consumo de drogas.

¿Su adolescente ha probado drogas?

Los adolescentes tratan de entender quiénes son y lo van descubriendo. Pero a menudo son influenciables.

A menudo prueban consumir drogas por hacer lo mismo que sus amiguetes. La presión del grupo los anima a lanzarse. Los adolescentes sienten curiosidad, buscan vivir algo distinto. En estos casos, se habla de uso experimental.

Cuando se consume drogas por gusto o por pasar un rato agradable, se habla de uso recreativo.

Otros jóvenes toman drogas para olvidarse de sus problemas. Cabe estar preocupado si comprueba que su adolescente presenta las siguientes señales de la alarma:

  • Profundo sufrimiento
  • Malas compañías
  • Malas notas en el colegio
  • Falta de autoestima
  • Problemas de identidad sexual

Usted sabe con quién sale, sabe si son amigos que le dan buenos consejos, que quieren lo mejor para él o ella, y si están ahí cuando surge algo negativo; entonces puede sentirse tranquilo. Si en cambio nadie le presta especial atención o si alguien le hace daño, no se quede de brazos cruzados, hay que entablar el diálogo con él o con ella.